
La Prof. Dra. María Eugenia Giubi es una destacada profesional que ejerce en el campo de la ciencia y de la educación en Paraguay, un país rico en recursos y conocimientos de la flora y su utilización en diferentes productos. Su formación académica inició en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCQ-UNA), donde se graduó como Bioquímica, para luego cursar maestrías y finalizar con un doctorado en Ciencias, lo que le permitió profundizar en sus estudios de productos naturales derivados de plantas y microorganismos, abarcando aspectos como estructura, síntesis y actividad biológica.
La resistencia a productos antimicrobianos es una amenaza creciente y real para todo el mundo. En ese sentido, las investigaciones de la Dra. Flores aportan en la lucha contra este flagelo con soluciones innovadoras extraídas de la enorme biodiversidad que ofrece nuestro país. “Nos enfocamos en la búsqueda de nuevas moléculas bioactivas con capacidad para inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos”, explicó. Las nuevas moléculas, obtenidas de plantas medicinales y microorganismos, ofrecen una alternativa sostenible a este problema.
El mecanismo de acción de estos microorganismos se fundamenta en la competencia por entornos naturales; es decir, en la capacidad natural que tienen los microorganismos, como hongos y bacterias, para producir compuestos antimicrobianos que les permiten controlar el crecimiento de otros microorganismos con los que compiten por espacio y nutrientes. El enfoque de investigación multidisciplinario integra técnicas avanzadas de química analítica, biología molecular y análisis genómico.
El impacto de esta área de investigación repercute en todos los niveles sociales, ya que busca aplicaciones prácticas para combatir infecciones resistentes; además, también promueve el uso sostenible de recursos naturales y fortalece la agricultura mediante alternativas biológicas a otro tipo de plaguicidas.
Metodología colaborativa

El proceso de identificación y extracción de moléculas activas de plantas y microorganismos es un esfuerzo riguroso que combina el conocimiento tradicional con herramientas modernas. La doctora sostiene que los conocimientos ancestrales guían a la investigación científica y “debe complementarse con una correcta identificación taxonómica para garantizar la precisión en la selección de las especies vegetales”, señaló. La identificación taxonómica y la aplicación de las técnicas más avanzadas son esenciales para maximizar la recuperación de los compuestos como flavonoides y terpenos, cuya aplicación puede revolucionar el tratamiento de enfermedades infecciosas.
Otra de las líneas de investigación que lidera la Dra. Flores explora el potencial de los metabolitos de microorganismos del suelo guaraní para mejorar los cultivos y promover una óptima salud ambiental. “Estos metabolitos, junto con los microorganismos benéficos, pueden actuar como agentes biológicos para el control de plagas y enfermedades en cultivos, reduciendo el impacto ambiental y promoviendo prácticas agrícolas más responsables”, mencionó.
La Dra. Flores pone especial énfasis en las colaboraciones nacionales e internaciones para hacer eliminar las barreras de infraestructura y financiamiento. Para ello, el programa PROCIENCIA es fundamental para fortalecer capacidades institucionales y la adquisición de tecnologías avanzadas en laboratorios de la UNA; sin embargo, reclamó un financiamiento sostenido y la creación de redes de trabajo interdisciplinario más robustas.
Liderazgo y formación
La Dra. Flores también se desenvuelve como directora académica de la FCQ-UNA, donde desempeña un papel fundamental en la formación de más investigadores. Su objetivo consiste en promocionar programas académicos innovadores y la vinculación con sectores productivos, industriales y educativos para garantizar que la investigación tenga un impacto tangible en la sociedad.
La investigación de la Dra. Flores, respaldada por programas como PROCIENCIA, sentó las bases para el desarrollo de soluciones innovadoras en salud, agricultura y medio ambiente. Sin embargo, reconoce que persisten desafíos, como la necesidad de atraer más financiamiento y fomentar la capacitación continua de los investigadores. “El conocimiento generado debe traducirse en beneficios concretos para la sociedad paraguaya”, afirmó.