
Las herencias milenarias, trasmitidas de generación en generación, se convierten también en conocimiento científico. Los conocimientos ancestrales, como los pohã ñana, fueron adoptados por la ciencia occidental para estudiar diferentes aspectos de aquello que ya se conocía hace cientos o miles de años atrás e identificar nuevos descubrimientos y aplicaciones. Este es el caso de las plantas medicinales o pohã ñana, un conjunto de especies vegetales y de algunos derivados de animales, que combaten diferentes problemas de salud con un enorme potencial frente a microorganismos.
Este potencial, específicamente de la Malva Amarilla (Wissadula periplocifolia) frente a hongos patógenos como Sporothrix schenckii, causante de esporotricosis, fue estudiado por la Q.F. Melissa Escobar Ávalos con resultados prometedores y una gran alternativa a los tratamientos convencionales contra esta patología fúngica.
La Q.F. Melissa Escobar Ávalos, graduada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCQ-UNA), participó en la XVII Jornada de Jóvenes Investigadores de la UNA (JJI-UNA) con una investigación titulada “Evaluación antifúngica de los compuestos de la Malva Amarilla”. Este trabajo también participó del encuentro homónimo de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, que se realizó en Uruguay en su edición 2024.





El trabajo de la joven investigadora, se encuentra en el marco de la línea de investigación de la Dra. Juliana Moura Mendes Arrúa, en lo que es actividad antimicrobiana de productos naturales bioactivos. La Dra. Mendes es docente e investigadora en el Centro Multidisciplinario de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CEMIT), y también en esta ocasión, tutora y referente académica de Escobar.
Alternativas naturales para una óptima salud
La creciente resistencia a los medicamentos, en este caso a los antifúngicos comerciales y los efectos secundarios asociados impulsan constantemente la búsqueda de nuevas soluciones terapéuticas. En este contexto, las plantas medicinales, que fueron utilizadas históricamente por comunidades guaraníes y por otras tantas a lo largo del tiempo, resurgen como una fuente esperanzadora de agentes antimicrobianos naturales muy poco explorada.
La investigación de Escobar ofrece un enfoque innovador para mitigar los riesgos asociados con la esporotricosis, una enfermedad que no solo afecta a la especie humana, sino que tiene un componente zoonótico, es decir, que se trasmite de a seres humanos a través de otros animales y viceversa. Por esta razón, este tipo de enfermedades representa un desafío mayor para los programas de salud pública, al contener una gran cantidad y variedad de focos de contagio.
Hallazgo con implicaciones globales
El estudio de Melissa Escobar demostró que los extractos de Malva amarilla pueden ser una alternativa efectiva contra otros antifúngicos convencionales. Utilizando metodologías precisas como la Concentración Inhibitoria Mínima (CIM) y la Concentración Fungicida Mínima (CFM), se identificaron compuestos con un alto potencial antifúngico, especialmente para el tratamiento de la esporotricosis. Este avance no solo abre nuevas vías para tratar infecciones de manera más efectiva y segura, sino que también posiciona a Paraguay como un centro emergente en la investigación farmacológica natural.
Esta investigación resalta una oportunidad para la industria farmacéutica nacional y para la salud pública. Aprovechar los recursos naturales de nuestro territorio para el desarrollo de terapias innovadoras con rigor científico permitiría a científicas paraguayas y paraguayos a estar a la vanguardia de la investigación y aportar soluciones específicas para las necesidades regionales.
Es importante recalcar que el impacto de este trabajo va más allá del sanitario, ofreciendo puertas de cooperación internacional en material de transferencia de conocimiento, agricultura e industrias y un campo fértil para crear nuevos negocios vinculados estrechamente al ambiente y al desarrollo sostenible.
Oportunidades y desafíos
El objetivo de la joven investigadora no es solo continuar con su formación en la ciencia, sino también convertirse en una referente en el campo de la farmacología natural y contribuir al desarrollo de terapias innovadoras. A futuro, aspira a completar un doctorado y trabajar como docente para trasmitir sus conocimientos y motivar a las futuras generaciones de científicas y científicos a conectar la investigación con la sociedad.
A pesar de los avances, la investigación científica en Paraguay enfrenta desafíos significativos. Escobar destaca la falta de reconocimiento de la investigación como una carrera a tiempo completo y las limitaciones en el financiamiento, lo que restringe la capacidad para llevar proyectos de gran envergadura. La escasez de becas de postgrado y la necesidad de políticas públicas que fomenten la inversión en ciencia y tecnología son áreas clave que requieren atención para fortalecer la infraestructura de inversión en el país.
Para los jóvenes científicos, la investigadora dirigió un mensaje de perseverancia. La investigación es un campo lleno de retos, pero también de grandes oportunidades para la innovación y el impacto social. “A veces, una encuentra su verdadera pasión en lugares inesperados. La ciencia siempre necesita de nuevas ideas y enfoques”, afirmó Escobar, alentando a los jóvenes a explorar y aprovechar las oportunidades disponibles.