
Investigar es conocer, descubrir, encontrar… investigar es método, es arte y es cultura. En nuestro país la investigación crece a medida que la sociedad goza de sus beneficios y esto es posible, solamente, con el apoyo de los diferentes sectores que conforman nuestro Paraguay.
Ningún ejemplo es mejor que la pasada emergencia sanitaria producida por la pandemia que azotó a los sistemas de salud de todo el mundo y obligó a científicos de todo el mundo a unir esfuerzos y combatir esta situación. Paraguay no se quedó atrás en esta explosión científica, que benefició, no solo a las personas, sino a toda la comunidad que practica la ciencia, por su alta exposición al público.
Verdaderamente, este fenómeno, sumado a la baja densidad demográfica de nuestro país, significó un reconocimiento casi inmediato de personas que se conocían entre sí y en cuyo grupo resaltaba alguna científica o algún científico, que hicieron trabajos a favor de la salud de la población durante la pandemia.




Esta situación favoreció las inversiones que se redirigieron para potenciar este sector de la academia. Hoy, la investigación ocupa un lugar cada vez más importante y visible en nuestro país. En ese sentido, la Universidad Nacional de Asunción (UNA) aporta, de manera comprometida y sostenida, un importante apoyo al volumen de trabajos que publican investigadores nacionales en espacios de Paraguay y del mundo.
Recientemente, nuestra casa de estudios escaló 16 lugares en el ranquin QS. Parte de ese logro se debe a las gestiones que se realizan en todos los niveles para potenciar este importante pilar de nuestra universidad. La investigación universitaria, en las instalaciones de la UNA, no se detiene en los límites físicos de nuestras ubicaciones alrededor del país, sino que viaja a los diferentes rincones de nuestra patria para encontrar soluciones metódicas a los principales problemas que sufren los grupos más vulnerables.
Tan importante es la labor de científicas y científicos para el desarrollo de nuestro país, que las importantes investigaciones que se producen pueden ayudar a grupos sociales, industriales, deportivos, sanitarios y cualquier sector que pueda medirse por el método. En ese sentido, la primera universidad del Paraguay, cuenta con diferentes espacios dedicados a hacer ciencia, a gestionarla y a direccionarla hacia las áreas más necesarias o solicitadas.
Idealmente, cada miembro de nuestra nación debería disfrutar de los beneficios del esfuerzo de investigadores connacionales y mejorar sus vidas con los resultados más impactantes; sin embargo, esto no siempre es así, y depende de cada paraguaya y paraguayo que vele para que los fondos puedan llegar a manos de investigadoras e investigadores para desarrollar sus trabajos y aplicarlos.
Remar contra la nueva corriente antiderechos y negacionista de la ciencia puede ser un camino largo; pero, finalmente, los hechos que hayamos metodizado o los resultados determinantes, tomarán el lugar que les corresponde en el pensamiento de cada persona y en el imaginario colectivo.