
Paraguay es un país recordado por contar con una población amable, con ideas de una niñez feliz y protegida, que jugó con pelotas y balitas o con aplicaciones en línea y realidad virtual; sin embargo, la realidad muestra con números que estamos lejos de ejercer una protección efectiva a este grupo etario, que, según datos oficiales, sufre cada dos horas algún tipo de abuso o violencia sexual. Sí, niñas, niños y adolescentes a quienes podríamos conocer está sufriendo una situación traumática ejercida directa o indirectamente por adultos. Directamente cuando lo ejerce el adulto por sí mismo y la otra ejercida por otra niña, niño o adolescente, influenciado por adultos abusadores.
Actualmente, se vive una conmoción nacional por los alarmantes casos de abusos contra este grupo, que rondó los 3 800 casos en el pasado 2022, lo que representa alrededor de 10 víctimas por día, con una mayor ocurrencia en los departamentos de Central, Alto Paraná, Itapúa, Caaguazú y en Capital.
Este flagelo es prevenible con iniciativas desde el aula, que forma a niñas, niños y adolescentes para tener conciencia sobre las situaciones que atraviesan y puedan identificar cuáles son positivas y cuáles son negativas para su correcto desarrollo.
Con la prevención como único camino posible, es imperativo contar con las personas correctas en los lugares de decisión, para que puedan establecer los caminos a seguir y lograr una mayor seguridad para la infancia y la adolescencia a nivel nacional. Un punto importante para detener este cruel avance es desnaturalizar el abuso en todas sus formas, es decir, cambiar nuestras actitudes con respecto a nuestra influencia en el desarrollo de la niñez y adolescencia y mejorarla para que puedan crecer lejos de comportamientos violentos o tóxicos con sus pares o con personas adultas.
Es triste mencionar que casi en el 85% de los casos, los abusos son cometidos por algún miembro de la familia, lo que supone un sometimiento mucho más pesado para la mente cualquier niña, niño o adolescente. Por esto, todas y todos tenemos la responsabilidad de proteger a niñas, niños y adolescentes en todo momento y denunciar fuerte y claro cualquier actitud negativa de la que seamos testigos, sin importar quién la ejerza. En ese sentido, puede realizar una denuncia responsable, mediante los canales correspondientes como el 147 Fono Ayuda del MINNA, el 911 de la Policía Nacional, la Comisaría de la zona, Codeni del municipio, 133 Defensoría de la Niñez o a la Fiscalía de la Niñez dependiente del Ministerio Público.
Otro de los enfoques para prevenir esta situación recae en la capacidad del estado para organizarse y procurar estrategias que mejoren la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables, es decir, de las personas con menos recursos y con menos acceso a los servicios básicos. Se debe mejorar la vida de las personas. De esta manera, se podrá eliminar diversas barreras de necesidad que impide a personas adultas o no adultas desarrollarse de forma segura.
Hagamos nuestra parte y denunciemos cualquier situación que represente una amenaza para las niñas, los niños y adolescentes con quienes compartimos día a día diferentes espacios. Cuidemos su presente y hagamos que el futuro de la niñez y adolescencia brillen más que el nuestro.
Fuentes consultadas:
https://www.paho.org/es/temas/violencia-contra-ninas-ninos
https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/Child-Victims/Report_in_Spanish.pdf
https://www.ultimahora.com/paraguay-registra-una-victima-abuso-sexual-cada-dos-horas-n3049968.html